Hasta finales de los años 70, los contables utilizaban hojas de cálculo en papel. Los estados financieros anuales y las previsiones financieras se realizaban a mano. Un pequeño error y había que empezar de nuevo. Cuando en 1979 aparecieron las primeras hojas de cálculo, muchos temieron que significaran el fin del contable. Lo que antes llevaba horas de trabajo manual, en Visicalc se hacía en segundos, y además sin errores.
Pero diez años después, el número de contables se había triplicado. ¿Por qué? El papel había cambiado. Los contables habían recibido una potente herramienta que se encargaba de tareas repetitivas y relativamente sencillas. Combinando esa herramienta con la experiencia profesional y la creatividad humana, los contables podían aportar mucho más valor, por ejemplo, creando modelos dinámicos. En resumen, Visicalc se hizo cargo de las tareas pesadas, liberando a los contables para que aportaran un valor añadido aún mayor.
Actualmente estamos asistiendo a un fenómeno similar en el mantenimiento. Gracias a la introducción de la tecnología digital, el número de tareas repetitivas que los algoritmos pueden hacer mejor, más rápido y más barato que los técnicos sigue creciendo. Y una vez más vemos que la naturaleza del trabajo está cambiando y aumentando su valor.
Un ejemplo es monitoreo de la condición. En el pasado, los especialistas trazaban rutas fijas para determinar el estado de una bomba basándose en mediciones manuales. Esto lleva mucho tiempo, es ineficaz (la mayoría de las bombas suelen funcionar bien) y no proporciona una cobertura suficiente, porque simplemente hay muchas más bombas que especialistas.
Hoy vemos un número creciente de sistemas de supervisión en línea que pueden controlar el estado de los activos 24 horas al día, 7 días a la semana. En cuanto se detecta un fallo, el especialista recibe una alerta que le ayuda a acotar el alcance de su análisis de causa. Y eso es mucho más eficiente: si un sistema de supervisión automatizado puede identificar qué máquinas están sanas, el especialista no necesita visitarlas en una ruta fija, y puede dedicar su atención a los malos actores.
En resumen: al igual que con Visicalc, la especialista en supervisión utiliza herramientas digitales para hacer el trabajo rutinario, de modo que puede aportar mucho más valor concentrándose en el trabajo creativo y de alta calidad que los ordenadores no pueden hacer.
En 2019 Andrew Ng (uno de los fundadores de Google Brain) dijo que la inteligencia artificial puede hacerse cargo de tareas para las que un humano necesita aproximadamente un segundo para pensar. Esa cifra aumentará a dos segundos, luego a tres y después a más. Así que en los próximos años, las herramientas digitales podrán realizar tareas cada vez más complejas en la planificación del mantenimiento, la supervisión de las máquinas y la optimización de la vida útil, el uso de la energía y la producción. Cuando combinemos estas potentes herramientas con nuestra creatividad y experiencia, el valor de nuestra profesión no hará sino crecer. Así que predigo que la ingeniería volverá a estar de moda y que en diez años el número de ingenieros de mantenimiento se habrá triplicado, solucionando de paso la actual escasez de técnicos.
Esta es la traducción al inglés de un artículo publicado originalmente en neerlandés. Ver el original en la edición de septiembre de 2021 de la revista VAM. Traducido por Grayson Morris para Samotics.
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